Bendiciones en Cristo

Efesios 1: 1-7, NVI

1 Pablo, apóstol de Cristo Jesús por la voluntad de Dios, a los santos y fieles[a] en Cristo Jesús que están en Éfeso

2 Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo les concedan gracia y paz.

3 Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en las regiones celestiales con toda bendición espiritual en Cristo.

Para que una bendición sea efectiva, quién la otorga debe tener la suficiente autoridad. Sin ese peso, es como cualquier palabrita que nos resbala. En este caso, quién nos bendijo fue el bendito Dios, padre de nuestro Señor Jesucristo.

Y nos bendijo con «toda» bendición espiritual. —¡Todo, significa todo!

Y por si fuera poco, bendiciones «made in heaven». Por ello dice «lugares celestiales».

4 Dios nos escogió en él antes de la creación del mundo, para que seamos santos y sin mancha delante de él. En amor

Yo no escogí a Dios. Fue él quien me escogió, y lo hizo antes de la fundación del mundo.

Cuando experimentes dificultades en el caminar cristiano, recuerda que fue él quien te escogió. Y ya que Dios es perfecto, puedes estar seguro que pasarás cualquier tormenta.

5 nos predestinó para ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo, según el buen propósito de su voluntad,

Dios quiso tener una familia en la tierra. Y por ello previó que los «humanos» que crean en Jesús como Señor y Salvador se conviertan en «sus hijos».

6 para alabanza de su gloriosa gracia, que nos concedió en su Amado.

7 En él tenemos la redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados, conforme a las riquezas de la gracia

Redención significa comprado.

Un día Pedrito se hizo un carrito de madera. Unos días después lo extravió. Pero un día que paseaba por la calle vio su carrito en venta por un vendedor callejero, y de inmedaito lo compró. Abrazó el carrito y le dijo: Ahora eres doblemente mío. Primero, porque yo te hice. Segundo, porque te compré.